Aunque mi pueblo, Cuevas Labradas, no sea uno de los más
grandes de Teruel para mí es un lugar muy especial debido a que te puedes
perder por sus caminos y barrancos, uno de todos ellos es el “Barranco de El
Chorrillo”, lleno de abruptas y escarpadas rocas habitado por cabras montesas
en sus paredes y jabatos, perdices y corzos en sus faldas. A través de sus dos
grandes fachadas se encuentra un lecho
de piedras talladas por el agua que antaño discurría desde la balsa hasta el río
Alfambra, a unos 8 km. De esta balsa a penas se hallan fotos debido a que
llegar a ella es un camino largo, estrecho y con diversidad de dificultades. De
vez en cuando, los zagales vamos a este lugar para pasar el día subiendo por
las paredes y bebiendo agua recién salida de la tierra. Este barranco está
compuesto por unas paredes de piedras calizas, adornado por grandes pero
escasos pinos y varias carrascas por sus paredes.
Óscar Fuertes Gill de Albornoz (4º C)
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