He elegido este lugar porque solía ir con mi familia desde pequeño, es un lugar tranquilo y muy bonito, cerca de Teruel, entre Sarrión y Manzanera.
Antes estaba allí la piscifactoría de truchas, había muchísimas y era muy divertido echarles de comer.
Había un enorme merendero y un buen restaurante donde comíamos (lo que más me gustaba era la trucha en escabeche); también había una piscina donde pasábamos la tarde.
Me da un poco de pena que ahora esté cerrado, espero que lo vuelvan a abrir.
Antonio Navarro Cobos (2ºPAB)
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