Cuando era pequeño, a la salida del colegio, a veces me recogían mis abuelos y sabia lo que significaba eso, nos íbamos a merendar a un parque. Casi siempre era el parque de los Paules, uno de mis sitios preferidos. Allí solía ver a las ardillas corretear por los enormes pinos y a los pájaros acercándose para comerse las migas que se habían caído del bocadillo. Para mí era un lugar mágico, y cada vez que paso me recuerda mucho a mis abuelos.
Alejandro León (4º B)
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