El sitio que voy a describir se encuentra a las afueras de mi pueblo, Calomarde, en dirección a la presa. El río separa el camino hacia la presa y los pequeños huertos donde los pocos habitantes de mi pueblo cultivan las tierras.
Todavía recuerdo cuando era pequeña e iba a casa de mi tío: casi siempre estaba con un gorro de paja mientras cortaba leña bajo la sombra de la noguera. Cuando acababa, se sentaba sobre unos troncos que tenía a modo de banco y se ponía a comer nueces.
A veces iba con mi primo y mi hermana, hacía barcos con las hojas caídas y hacíamos carreras en la pequeña acequia que discurría al lado de la noguera.
Si el río llevaba agua, nos divertíamos cruzándolo por las piedras, intentando no mojarnos, aunque casi siempre acabábamos mojados.
Las horas se pasaban muy rápido en este lugar, y por eso lo recordaré siempre con mucho cariño.
Beatriz Casas (4º B)
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